Las personas con TEA procesan la información en su cerebro de manera distinta a los demás.
Se los llama “trastornos de un espectro” porque afectan de manera
distinta a cada persona, y pueden ser desde leves hasta muy graves.
Aunque todas las personas con TEA presentan algunos síntomas similares,
especialmente los relacionados con problemas en la interacción social.
Los TEA suelen aparecer antes de los 3 años y duran toda la vida,
pese a que los síntomas pueden mejorar con el tiempo. Algunos niños con
TEA dan señales de que presentarán problemas futuros a meses de nacidos.
En otros, puede ser que los síntomas no se manifiesten sino hasta los
24 meses o después.